Ayúdame

Déjame dibujar sonrisas en las nubes, déjame coser el cielo con la punta de mis dedos, déjame arrancar las estrellas de la noche para que me hagan compañía, déjame pintar la luna de colores, déjame vaciar el mar y caminar sobre el barro, déjame robar el aire, déjame arrancar los colores del paisaje, déjame teñir el atardecer de negro, déjame respirar las mentiras, déjame bañarme con la oscuridad, déjame imaginarme caminos y perderme en ellos, déjame desprenderme de la realidad y ahogarme en el vacío del silencio, déjame encontrarme en el humo, déjame despertarme en la noche y andar hacia ti, déjame ser libre. No me dejes cumplir las fantasías, no me dejes caminar solo, no me dejes imaginar en la soledad, no me dejes nadar en lo surreal, solo déjame tocarte, sentir el contacto de tu piel contra la mía, déjame sentir tu calor, tu sonido, oír tu risa, ver tus ojos, tu silueta en la penumbra, tu mano aferrándome para que no caiga en lo desconocido, déjame oler los olores prohibidos, déjame aferrarme al futuro sin miedo, sácame de mi escondite en esta sociedad, ayúdame a ser libre, pero hazlo a mi lado.

 

Búsqueda

La noche se cierne sobre mi coche, la brisa cálida más propia de una noche de primavera se cuela por la ventanilla acariciando mi rostro todavía despierto, la música y sus vibraciones se cuelan por mi piel y erizan mi pelo. A cada calda de mi cigarro mas me introduzco en mi subconsciente, el humo producido por el mismo dibuja figuras en el interior de mi coche haciendo que me introduzca en un sueño ligero pero armónico.

Miro al horizonte y veo las luces de la civilización mientras yo oculto tras la oscuridad intento alejarme de ella, de huir. Son varias las sensaciones que circulan por mi cuerpo y los pensamientos que divagan por mi cabeza, mi mente poco a poco se va alejando de la realidad, de la noche y se va vaciando. El tiempo no existe en este momento, a cada minuto que transcurre entre el metal azul de mi coche me desvanezco, una parte de mi se escapa de mi cuerpo flotando, evaporizándose hacia el exterior, hacia el cielo. Intento comprender esta sensación que hacia tiempo que no sentía y experimentaba, me dejo llevar, no hay ningún guía en este trayecto, ya lo conozco pero hacia tiempo que no lo transitaba. El cigarro se consume al igual que el tiempo, se acerca el final, lo presiento, la comodidad del momento, la calidez del instante me hacen aferrarme mas a esta sensación que hacia tiempo que necesitaba, me he encontrado a mi mismo. Una  luz destella a mi izquierda, el fogonazo se introduce e impacta contra mi rostro escondido en la noche, la luz es tan fuerte que mis parpados se ven obligados a abrirse. Se aproxima un coche, caigo de nuevo en mi cuerpo, flotando, deslizándome de forma suave y armónica, pongo en marcha el motor y acelero.